Pues ya me gradué y no, no me caí de las escaleras al bajar ni al subir, ni me tropece ni ningún ridículo ni nada.
Lo único fue que cuando el representante del rector (porqué como mi graduación era taaaaaan especial que el rector decidió no ir y mejor mandar a un " representante" con un poco mas carisma que el a contar chistes malos) iba a cambiar de lado la chingadera esa que trae el birrete yo me fuí de largo y el guey tuvo que de alguna forma "jalarme" y decirme " no mames, falta esto". Muy chusco.
Fuera de eso, la fiesta buenísima, según me cuentan terminó cuando ya habia amanecido, pero ps como el deber me llamaba yo tuve que largarme como a eso de las 3 30.
Salud!
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